Aunque el placer es máximo para los dos géneros, los hombres y las mujeres no somos iguales en la vida ni en la cama. A diferencia del idioma y de los derechos, en el sexo somos diferentes, aunque pensemos que vivimos en una época de liberación sexual extrema. Existen unas diferencias en el sexo entre hombres y mujeres que se hace muy presente en cómo nos enfrentamos a este tema y actividad. Veamos cuáles son estas diferencias.
- La falta de imaginación: si bien últimamente las mentes han empezado a abrirse y las personas son más liberales al momento de probar nuevos juegos, movimientos, prácticas y rutinas, lo cierto es que al momento de encontrarnos entre las sábanas, los hombres piensan que es totalmente necesario atreverse e innovar a la hora de tener relaciones sexuales, mientras que la mujeres opinan, que antes de realizar cualquier práctica nueva, siempre es mejor sentirse seguras de sí mismas y de la relación.
- Empezar a usar juguetes eróticos: este tipo de instrumento aun parece un bicho extraño en la sociedad, además de muchas veces producir vergüenza al momento de adquirir uno, no obstante en los últimos tiempos han crecido notablemente las compras de cosmética sensual. La notoria diferencia es que la compra que se hace de juguetes sexuales en el caso de las mujeres es que de 5 de cada 10 de ellas optan por tener uno, mientras que la de los hombres es de 3 de cada 10. No obstante es muy difícil evaluar estos porcentajes, ya que otra diferencia en lo que refiere a este aspecto, es que son mayor la cantidad de mujeres que confiesan haberlo hecho, mientras que los hombres lo reservan.
- El acto de fingir: uno de los aspectos más importantes que nos interesa a los hombres y mujeres, porque en él se demuestra la pura satisfacción sexual, lo cierto es que el nivel de querer practicar sexo es igual en ambos casos, la diferencia reside en que hay mayor cantidad de mujeres que confiesan no sentirse complacidas, mientras que en el caso de los hombres se produce lo contrario.
- El momento de tomar las riendas: la iniciativa nunca ha sido fácil, y prejuiciosamente siempre ha estado definida por los hombres. En este caso 8 de cada 10 hombres deciden tomar la iniciativa, mientras que sólo 4 de cada 10 mujeres deciden hacerlo.