Las mujeres siempre han sido más reservadas y conservadoras que los hombres, salvo algunas excepciones que no resultan ser de esta manera, en cuanto a hablar sobre sexo. Hay algunos temas generales y preguntas que les parecen tabú y que les da verguenza hablar o preguntar sobre ellos. Para tener una vida sexual satisfactoria, lo mejor es liberarse de todo prejuicio y darse espacio para el juego y el placer máximo en la cama. Pero para ello hay que tener presente las preguntas eróticas que las mujeres no quieren oír.
- ¿Me practicas sexo oral?: la más temida de todas. Sin embargo el sexo oral es una de las mejores prácticas que se puede hacer con otra persona, y la cual hay que hacer consciente de que toda mujer debe saber lo que es pasar por ello. Las sensaciones y los sentimientos que se generan son muy propicios a llegar al orgasmo.
- ¿Tenemos sexo público?: las chicas sueñan con esta fantasía pero se horrorizan de solo pensarse preguntándole a sus parejas. Muchas de ellas piensan que la adrenalina que se corre al tener relaciones en un lugar público siempre mejorará y contribuirá al bienestar de la pareja y ambos estarán más satisfechos. No obstante el riesgo que se corre a ser descubierto puede que les cause cierto rigor o pena al momento de hablarlo con sus parejas.
- ¿y si lo hacemos en la piscina?: hacerlo en el agua es todo un desafío, a veces las relaciones son monótonas y a veces no, lo cierto es que el sexo en el agua es una de las mejores experiencias, no solamente puede ser en una piscina también puede ser en una ducha o en la misma bañera.
- ¿te bailo un striptease?: este baile parece condenado por la sociedad, como si fuera un estereotipo de lo malo, no obstante es uno de las mejores prácticas para llevar a cabo con tu pareja. Toma las riendas del encuentro y demostrar quién es la provocativa y la que manda en la cama. Hay que atreverse. Todas alguna vez tuvimos la fantasías de bailar para alguien y volverlo loco.
- ¿y si me disfrazo para vos?: de igual manera que el striptease, el disfraz está mal visto en la sociedad. Vestirse de colegiala, de geisha, de policía, ¡lo que sea!, pero divertirse, pasar una noche diferente a todas las demás sin pensar en los prejuicios.