Aunque la mayoría de las veces siempre que tenemos un problema solemos ponerlo en algún factor externo y en el caso del sexo no hay otro que no sea nuestra propia pareja, lo cierto es que muchas de las veces las malas experiencias sexuales están provocadas por la propia persona.¿Por qué sucede esto? Porque no estamos pensando correctamente con lo cual hay una falta de comunicación en el sexo importante que hace que todo sea mucho más difícil. Si quieres remediarlo, veamos por qué sucede esto
- Sexo idealizado: nuestro cerebro en estos casos es mucho más fuerte que nosotras, las fantasías siempre jugarán un papel importante, el tema es que si no se controla la hora del sexo puede resultar muy tediosa, y el fracaso está asegurado. Evita las expectativas y los pensamientos previos y relájate.
- No cuentas lo que te gusta: el buen sexo se da en gran parte porque el otro sabe que es lo que a ti más te gusta, si no lo hablas, quizás haga cosas que no te complacen o que te resultan incomodas. Ten confianza en tu pareja y cuéntale que es lo que más te inquieta a la hora de ir de tener sexo.
- No tienes apetito sexual: una forma muy común de arruinar la vida sexual es tener sexo por tenerlo. Si no sientes ganas de hacerlo, es mejor que no lo hagas. Hay que borrar el pensamiento de en el momento vendrán las ganas. Si el sexo que estás teniendo no te complace, deberás tomar una decisión para conocer nuevos horizontes y recobrar el apetito sexual.
- Te domina el stress: en tiempos actuales donde las rutinas son demasiado inmediatas, el cuerpo se tensiona, se contractura, y a la hora del sexo es muy difícil poder disfrutar de él. Para ir a la cama tienes que despojarte de todo lo que has hecho en el día, en la semana, o en el mes lo que sea necesario, pero dejarlo del otro lado de la puerta de la habitación
- Te atas a que el sexo debe acompañarse de sentimientos: no arruines tu vida sexual pensando en esto, no todo es así. Puedes tener excelentes encuentros sexuales repentinos y ocasionales que puedes pasarlo de maravilla, sin tener que atarte a una persona. Lo único que puede ayudarte en ocasiones es la confianza, que solo logrará que te diviertas un poco más.