No es descabellado pensar que la mayoría de las parejas con el pasar del tiempo en su relación deciden, tarde o temprano, irse a vivir juntas. Aunque muchas veces ya sabemos lo que implica convivir con el otro lo cierto es que la convivencia es un cambio total a nuestra vida, cambio de casa, de costumbres, de rutina, de compañías, y también cambia nuestra sexualidad.
Las mudanzas en el sexo irán siempre de la mano al momento de organizar el nuevo hogar. ¿Cómo puede ser esto posible? Al igual que te vas a adaptando de a poco a las nuevas costumbres de la casa, el sexo va pasando por varias etapas y posibilidades por ejemplo:
- Cocina vacía: nunca en tu vida tendrás mejor oportunidad para tener sexo en la cocina que durante la mudanza. El lugar está completamente vacío y despejado y si dispones de una gran lugar será el momento indicado para hacerlo allí. Además mientras la casa no esté habitada no habrá problema de que alguien frecuente el lugar más habitado de la casa.
- Ducha 2X1: ¿se han cansado y ensuciado mientras traían y llevaban las cosas? Entonces no habrá mejor excusa para tomar un baño dos juntos e inaugurar el nuevo hogar. Si la mudanza demanda suciedad entonces a ducharse
- Ecuación entre sexo y reloj: la mudanza y el sexo te lo van a exigir, verás cómo empezarás a promediar las horas que tengas para dormir y descansar, con el sexo que tienes. Si no tienes tiempo para dormir, tranquila, no estás teniendo ningún problema sexual es muy norma que ante tanto cansancio escojas tus horas de sueño.
- Todo nuevo: al empezar una vida nueva, no es para nada descabellado que la rutina sexual que vienen teniendo produzca un cambio. Verán que empezarán a experimentar nuevos lugares en donde hacerlo, nuevos horarios, nuevas posiciones, ritmos y todo lo que nunca antes pensaron hacer.
- El sexo será el postre: si te has decidido mudar con tu pareja ya no habrá problemas para coordinar el horario para verse, sabrán que todas las noches estarán bajo el mismo techo, por eso será seguro que el encuentro sexual siempre se dará después de la cena.
- Ruidos permitidos: ¡sí! Ya no tienes a nadie que te pueda escucharte, así que prepárate para tirar todo al piso y hacer lo ruidos que se te antojen sin tener la preocupación de despertar o molestar a alguien.