Al contrario de lo que muchos piensan la masturbación no es una enemiga de la relación de parejas, más bien todo lo contrario. El conocimiento del propio cuerpo es el primer eslabón de la cadena del buen sexo, por eso si queremos tener sexo pleno con nuestra pareja deberíamos dejar que goce de su autosatisfacción libremente. Sin embargo, una señal inquietante que debe mantenerte alerta es cuando ellos empiezan a masturbarse todo el rato. Su cuerpo y su reacción están diciéndonos algo y puede que sea alguna de las siguientes cosas.
- Algo le prohibe tener intimidad: aunque estén completamente enamorados y mueran de deseo por su pareja hay hombres que no pueden intimar. No hay que caer en el error de pensar que esto se debe a un problema psicológico, a veces se trata de que no se sienten cómodos en el contexto en que están y no ven otra salida que tener que masturbarse.
- Excesos de estimulación porno: La constante masturbación es una de las formas que tienen los hombres de decir que miran mucho porno. Este terreno es delicado porque si puede influenciar en la pareja. El exceso de porno puede no solamente empezar a cambiar las fantasías de él, produciendo que en algunos casos la mujer se sienta engañada.
- Depresión en puerta: la masturbación, al igual que el sexo, es una forma de darle placer a nuestro cuerpo. Si acaba de perder el trabajo o tiene algún problema familiar, puede que no esté pasando por un buen momento y necesite su especio, sí, su espacio hasta en el sexo. Una vez solucionados sus problemas volverá a la normalidad.
- No llegan al climax: algo que los hombres dicen cuando se masturban mucho es que no llegan al orgasmo de otra manera. Ojo otra vez no hay que tomarse las cosas a personal, no llegar al climax puede deberse a una falta de excitación pero también a alguna medicación que se esté tomando y el acto de la masturbación es solo la forma que tienen de alcanzarlo.
- Ya no hay excitación: y sí también sucede que lo que ellos quieren decir cuando se masturban mucho es que ya no se sienten atraídos por sus parejas. Comúnmente es el miedo a perder a alguien que se quiere mucho lo que hace que los hombres recurran a esta forma de estimulación, sobre todo si se tienen constantes discusiones.