Cuando nos proponemos vender un plug anal debemos pensar en la experticia que tiene la persona con esas prácticas. No es lo mismo venderle un plug anal a una persona que tiene el músculo anal entrenado y dilatado a otra que no ha tenido ninguna experiencia.
Debemos tener en cuenta qué es lo que quiere nuestro cliente del plug y para ello debemos pasar por la incómoda conversación de hablar del ano. Muy pocos clientes llegan con la confianza para hablar abiertamente de su ano, parte del trabajo es generar un ambiente en el cual las personas se sientan cómodas.
El panorama de recomendar un plug anal –y en general cualquier juguete erótico– se complica si no tenemos la experiencia de primera mano. Aunque es poco ortodoxo, es difícil hablar con naturalidad y hacer sentir al cliente que entendemos su temor o incomodidad si no sabemos cómo se siente. Existen sensaciones y signos a los cuales solo tenemos acceso mediante la práctica del sexo o juegos anales. Da el paso de abrirte a nuevas experiencias, tu negocio y tus clientes te lo van a agradecer.
Aprende lo básico
Lo primero que debemos saber al hablar del ano es que a diferencia de la vagina o el pene esta cavidad no genera lubricación de manera natural por ello si introducimos un dedo, un pene, un plug o cualquier otro objeto se va a producir resistencia –va a ser difícil introducirlo– y fricción.
Con la fricción viene el dolor. No es ninguna casualidad que el dolor sea la principal causa de miedo e incomodidad que expresan las personas al referirse a la estimulación o el sexo anal. Muchos han tenido experiencias desagradables relacionadas con sangrado, dificultad y dolor al defecar o aparición de hemorroides.
Estas experiencias traumáticas les hacen pensar que el sexo anal duele y con frecuencia lo evitan a pesar de sentir el deseo de hacerlo o tener la curiosidad. Lo cierto es que el sexo anal no debe doler, la presencia de dolor indica que no estamos ejecutando adecuadamente los tips o pasos necesarios para hacerla una experiencia satisfactoria.
Sucede con demasiada frecuencia que las personas buscan lubricar el ano con saliva creyendo que es suficiente y las personas que son penetradas fingen que todo esta bien, que no hay dolor. Debemos educar a nuestros clientes: la saliva no es adecuada para lubricar un ano –ni una vagina– porque se seca muy rápidamente, es posible que facilite la penetración pero no ayudará en nada a evitar la fricción. Los lubricantes acuosos pueden usarse para lubricar el ano pero lo más adecuados son los siliconados o los híbridos, ya que estos se mantienen por más tiempo sobre la piel haciendo de la fricción un problema del pasado.
Cuiden a sus clientes
Teniendo claro que el ano no lubrica, debemos recomendarles a nuestros clientes comprar el plug anal junto con un lubricante siliconado o hibrido. En el caso de que la persona no pueda comprar la pareja es preferible que lleven solo el lubricante, ya que si llevan solo el plug cuando intenten usarlo van a generar fricción y se va a repetir la historia de dolor y rechazo.
Es preferible hacer una venta pequeña que enviar al cliente a casa con un producto que no satisface sus necesidades, si su principal preocupación es el dolor un lubricante es más conveniente que un plug anal. Una persona que siente que hemos puesto su bienestar por encima de nuestro interés, se fidelizará, no solo volverá a comprarnos sino que nos recomendará con sus conocidos.
Otro asunto super importante sobre el que debemos educar a las personas es la necesidad de que cualquier juguete u objeto que se vaya a insertar en el ano necesita tener tope o base. Los músculos anales se contraen y succionan con mucha fuerza por lo que cualquier objeto que no tenga tope corre el riesgo de perderse dentro del ano y obligarnos a visitar la sala de emergencias.
Aspectos técnicos: tamaños y formas
En el mundo de los plug anales existe una gran variedad de materiales, formas, texturas y tamaños. No todos los productos son aptos para todas las personas, por eso debemos tener en cuenta no solo su experiencia sino también sus preferencias.
Todas las personas, tanto principiantes como experimentadas tienen en sus manos la decisión respecto al tamaño. Sin embargo si es principiante podemos recomendarles que adquieran juguetes de forma cónica, de esta manera podrá insertarlo progresivamente y producir una sensación que va de menos a más.
Con el uso y gracias a su forma los plugs ayudan a dilatar progresivamente el ano, la velocidad con la que se logre la dilatación dependerá de cada persona.
En el mercado se encuentran plugs de muchos materiales, los más populares son de PVC, jelly, silicona médica, metal y vidrio. Las sensaciones que producen y los costos varían entre un material y otro, por ejemplo un plug de silicona se va a calentar mucho más rápidamente que otro de PVC. Lo más recomendable para iniciar con los plugs es adquirir uno de silicona ya que son flexibles, se calientan con facilidad y no son porosos.
El tema de la higiene es importante porque los juguetes anales van a estar en contacto en mayor o menor medida con heces. Son preferibles los que están hechos de materiales no porosos y en caso de adquirir uno poroso se recomienda ser usado con un preservativo para evitar que las heces queden en los poros del material y nos causen infecciones.
Es absolutamente normal que en los juegos anales nos encontremos con materia fecal, los que tienen felpa imitando colas de animales se pueden ensuciar si la persona no tiene experiencia y puede causarle mucho impacto a los principiantes.
Muchas opciones para conseguir placer
Una vez que ya hemos dado los primeros pasos en el disfrute del placer anal hay muchas opciones para explorar. Algunos materiales son termoconductores y nos van a permitir jugar con la sensación de frío y/o calor en el ano.
Así mismo existen otro tipo de estimuladores con los que podemos jugar e ir entrenando los músculos anales como por ejemplo las cuencas anales. Existen modelos de cuencas progresivamente más grandes y también las hay en una cadena de cuencas del mismo tamaño –por lo general las cuencas de este modelo son grandes– al igual que los plugs están diseñadas para dilatar y entrenar los músculos anales.
Existen diseños con una curva pronunciada pensados especialmente para estimular la próstata –aunque pueden ser usados por cualquier persona–, los hay con vibradores, diseñados para ser usados por periodos largos, para fijarlos sobre superficies, en fin sobran las opciones para disfrutar del placer anal.