Son varias las personas que piensan que los traumas sexuales están ligados a abusos o a trastornos psicológicos con respecto a alguna mala práctica sexual realizada alguna vez. Si bien es cierto, no podemos dejar de lado que los traumas sexuales también derivan de lo que haya pasado en nuestra infancia con respecto a la propia mirada sobre nuestro cuerpo, o como nos hayan ensañado a que debe ser vivida la sexualidad.
Para empezar a decirle adiós a un trauma sexual, tenemos que ser conscientes de que siempre que nos sintamos en aprietos con alguna cuestión sexual y no encontremos salida en nuestro interior lo mejor es buscar un especialista que nos ayude a tratar el caso más precisamente, puesto que las experiencias negativas sexuales pueden marcar la vida de forma permanente y cuanto más la cultivemos más nos costará encontrar una solución.
Sin embargo si lo que quieres es desarrollar un crecimiento intimo sobre tu vida sexual recuerda siempre principalmente tienes que identificar aquello que te está bloqueando y saber diferencias si tienes rechazo hacía ello o le tienes asco. El asco es un aspecto que muta y que con el tiempo por lo general cambia si uno trabaja en ello, sin embargo el rechazo es una cuestión más profunda y es un pequeño indicio de que algo pasó anteriormente que nos está marcando fuertemente, es aquí donde uno debe buscar ayuda médica.
Pensar en momentos de la infancia o la adolescencia que te hayan marcado negativamente en el aspecto sexual te ayudará a saber de dónde vienen esas emociones, o de donde pueden haber nacido. Reconstruir el contexto (repito, siempre con ayuda de alguien que sepa hacerlo) y darles una nueva explicación puede llegar a ser una posible solución para decir adiós a los traumas sexuales.
Pensar en los valores propios que se tiene sobre la sexualidad es muy importante. Si repensamos todo lo que nos han ensañado nuestros maestros y nuestros padres sobre lo que estaba o no permitido hacer con nuestro cuerpo debemos hacerlo con una mirada crítica del tema. ¿Pensamos igual que ellos o tenemos nuestra propia creencia? Por ejemplo: el hecho de tocarse, en la mayoría de los casos es reprimido por los padres. Ahora pues ¿qué pensamos nosotros sobre llevar a cabo esta práctica? Así con todo lo que se sienta que fue bloqueado por un tercero en el pasado.