Aunque jurar amor para toda la vida, ante la Ley y Dios, sea solo un acto de habla que no nos modifica corporalmente, parece que existen algunos aspectos que modifica a las parejas y produce que se tenga mejor sexo que en otros tiempos.
Al contrario de lo que se cree, la pareja después del noviazgo sigue teniendo el mismo deseo y pasión que tuvieron durante ese período, solo que ahora se tienen más responsabilidades con el otro que hay que saber separarlas de la cama. Si esto puede lograrse entonces el matrimonio gozará de ciertos aspectos que nunca antes gozo, y por ende el sexo después de casarse puede llegar a ser mucho mejor.
- Adiós al miedo: luego de casarte las relaciones sexuales serán siempre con la misma persona, por tanto ya no tendrás que temer sobre las enfermedades de transmisión sexual, y entre la pareja podrán estudiar los dos cual es el método adecuado para usar.
- No volverás a fingir: aunque pueda suceder de vez en cuando, ahora ya no tendrás la obligación de hacerlo para no hacer sentir mal a tu compañero. Se supone que es la persona que mejor te entiende, por tanto el día que te veas sin ganas se pondrán de acuerdo para ver de qué manera hacerlo sin presiones y en el caso de sufrir algún inconveniente no pasarás vergüenza al tratar de buscar con él una solución.
- 24 horas diarias: sí, no habrá problemas en el horario, a menos que trabajen o estudien. Convivir con tu pareja te permite que puedan hacerlo a cualquier hora del día, donde quieran y como quieran, pues será su casa y su disponibilidad horaria, sin tener que depender de otras circunstancias.
- Adiós a la depilación: bueno, no tan adiós, pero sí pasaras periodos más largos sin depilarte. Una vez que se casan los hombres dejan de buscar la perfección en su mujer y por tanto no les importará demasiado si no estamos completamente depiladas. Sin embargo, es importante ponerse a pensar que si ellos no lo exigen, nosotras no tenemos por qué preocuparnos tanto.
- Adios a la cursilería: y claro, luego de tener sexo todos nos sentimos completamente cansados y exhaustos pero tenemos que abrazar y besar a la otra persona. Cuando te casas esto se acaba, tan solo con una sonrisa y un beso alcanza para despedirte de la otra persona y luego quedarte relajado y dormido sin pasar papelones o sentir vergüenza por el momento incómodo.