Cuando ya hace mucho tiempo que estamos en pareja, o más precisamente cuando hemos decidido vivir juntos siempre corremos el riesgo de que la relación con nuestro compañero se torne un tanto invasiva. Cuando esto sucede empezamos a sentir que la libertad se pierde, y que no somos nosotros mismos los que estamos obrando por lo que realmente queremos. Esto influye directamente nuestras emociones, el estado anímico, nuestro estado físico, y como consecuente el sexo en relación invasiva.
El sexo siempre estará delimitado en el estado que se encuentre la pareja. No podemos esperar tener buenas relaciones sexuales si la energía que corre entre los dos es mala. Uno comienza a hacerlo de mala gana o a no tener ganas de estar con su pareja.
En estos casos podríamos hacer un llamado a la buena comunicación entre las partes para comenzar a resolver los problemas, el tema es que cuando no se puede llegar a un acuerdo y los dos empiezan a tomar posesión sobre el otro las cosas pueden terminar aún peor, y la comunicación puede llegar a ser más hiriente que en su estado original.
Por lo general cuando la relación es invasiva se pueden empezar a notar cambios en las personas. La infidelidad es el primer factor que nos toca. Sea consiente o no la otra parte de lo que está sucediendo, una de las formas de escapar de esa cárcel que nos genera la otra persona, es buscar otro compañero sexual que nos entienda a nivel físico y emocional. A veces lo hacemos por rebeldía, y otras tan solo por consuelo. El problema es cuando la mala predisposición, hace que cometamos imprudencias
¿Imprudencias?, sí. Cuando una persona está desganada sexualmente, y no se siente cómodo en la relación que ha comenzado, empieza a descuidarse, un ejemplo común son aquellos que dejan de usar protección en sus actos sexuales, teniendo relaciones con muchas personas que no conoce y corriendo el riesgo de contraer (y posteriormente) contagiarle a su pareja alguna enfermedad de transmisión sexual
Lo mejor cuando aparece el sexo en relación invasiva, es comenzar por tomarse un tiempo y distanciarse, no forzar el sexo, no hacerlo de malas ganas. En estos casos el sexo es mejor dejarlo de lado. Para no herir ni físicamente (en la brutalidad) ni emocionalmente al otro. De nada sirve echarse un polvito quita ganas luego vestirse e irse y dejar a un lado a esa personas que realmente queremos.