Existen algunas frases típicas sobre el sexo que seguramente habrás escuchado más de una vez o quizás, tu mismo las has dicho en alguna oportunidad. Estas frases hay que tener mucho cuidado en el momento en que se usan ya que podrían llegar a perjudicar la relación. Sin embargo si se dicen en el momento justo, harán que el encuentro sexual sea infinito.
- De esta manera serías del todo mía/o: muchos hombres y muchas mujeres a la hora del sexo, no tienen ningún tipo de filtro, y en el sexo nunca habrá cosas malas si el consentimiento es mutuo. Si se da un planteo poco casual que implica un acto del que estamos negados a hacer mejor plantearse el contexto, y qué tipo de personas se te está acercando.
- Tócame la cola y luego usa este juguetito: esto por lo general sorprende a las mujeres que los hombres se lo piden. Cuando se tiene sexo, hay muchos gustos dando vuelta por ahí, por tanto sería erróneo pensar que porque un hombre pida determinada cosa sea gay. Ellos también sienten placer por ahí. Por tanto si te animas lo mejor es que le des para delante, pero si te desagrada sólo niégate.
- Te filme, pongámoslo y hágamoslo de nuevo: sí por muy enfermizo que esto pueda parecernos, en un mundo tan tecnológico que pasen estas cosas es algo demasiado común. En la mayoría de los casos esto ni siquiera se habla mutuamente. Si así sucede, lo mejor y lo más recomendable, es que recuperes el material, que lo borres de sus dispositivos si tienes acceso, y que te marches de ahí.
- Ahórcame con todas tus fuerzas: gracias a la hipoxifilia ellos pueden aumentar el orgasmo. Si no conoces del tema, lo mejor es que no lo hagas, porque lo que puede empezar por ser un jueguito placentero puede terminar en una real asfixia, sobre todo porque las personas no suelen tener conocimiento de las señales que requiere ésta práctica. Si aun así y todo, con el tiempo él lo sigue pidiendo, pueden optar por informarse los dos, o bien tener una charla que establezca un código claro y sincero entro los dos.
- «No te va a doler»: generalmente es una frase que se da cuando hay una zona del cuerpo que nunca ha sido penetrada en la mujer. Relajarse, confiar y tener en cuenta la situación puede ayudar a que sea mejor. De caso contrario quizás lo mejor es negarse y buscar otro momento para probarlo.