Últimamente se ha notado en varias sociedades occidentales una mutación en común en cuanto a las relaciones sexuales: problemas de erección muy frecuentes en todo tipo de hombres.
Aunque es de total naturalidad que para muchos hombres sea un tema de desesperación, lo cierto es que varias veces este tema viene de la mano de cuestiones más sencillas que las que uno puede llegar a imaginarse. Te preguntarás, por ejemplo, ¿Cuáles?, y es algo tan natural como el aumento del estrés que produce el trabajo así como la falta de él.
Para que no existan problemas de erección hay que buscar un equilibrio en todas las actividades que uno tenga cotidianamente. Aunque te parezca raro todo influye en la vida sexual de una persona, puesto que el sexo nace en la cabeza del mismo. Lo que hagamos durante el día va a generar en nosotros un sentimiento o un estado: nos podemos sentir enojados, deprimidos, hasta enfadados, y estos síntomas van a repercutir no solamente en todo nuestro cuerpo, sino que principalmente en nuestros órganos sexuales, evitando (en el caso de los hombres) poder tener una buena erección.
Si nos relajamos y empezamos a buscar diferentes alternativas para la disposición de nuestra agenda diaria, veremos como con el tiempo, la misma práctica del acto sexual puede ser la solución misma para el estrés que produce tener una mala distribución de los horarios.
Sin embargo, aunque en algún punto se encuentra en relación, las grandes o pocas jornadas de trabajo no son solamente un punto por el cual el hombre puede tener problemas eréctil sino que también los problemas económicos son temas que los afectan directamente en su vida sexual.
Aquí nos damos cuenta al pensar lógicamente que todo lo que afecte emocionalmente a un hombre influirá directamente en su vida sexual y por ende pueden llegar a ser un causante de problemas de erección.
Lo que se recomienda siempre es tratar estos problemas con un especialista, pudiendo hablar con él directamente sin rodeos y sin vergüenza, dado que muchos casos esperan tener una consulta en el que el medico tenga que preguntar por el asunto sin animarse uno mismo a contar la situación que está pasando. Esto lo único que genera es la pérdida de tiempo y la posible solución a un problema muy sencillo que con el paso del tiempo puede llegar a agravarse, dado que muchas veces los problemas eréctil no vienen de la mano del estrés sino que vienen junto a patologías cardiovasculares que deben ser tratadas.