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Si nos remitimos a la historia y empezamos a mirar sin demasiado detalle cómo han tomado las diferentes sociedades el tema de la sexualidad, podríamos afirmar sin demasiado esfuerzo que la pornografía y el erotismo siempre han sido temas demasiado cuestionados por la mayoría de las personas. Claro que algunas han hecho de ellas todo un arte, como Salvador Dalí dejando en sus cuadros la clarividencia del poder erótico. Sin embargo no faltaron las grandes masas que las convirtieron en tabú llegando a provocar hoy en día una especie de hermetismo sexual en dónde las consecuencias que se pagan son la falta mayoritaria de información y los problemas que esto arrastra. Es por ese motivo que muchas veces cometemos errores con los juguetes sexuales sin darnos cuenta.
Claro que la capsula se va quebrajando cada vez más y las personas se sienten más libres al hablar de las prácticas que realizan y de qué forma lo hacen. Un ejemplo de ello son la mayor cantidad de parejas que se animan a apostar a la industria de juguetes sexuales que promueven la estimulación y el bienestar sexual a comparación de otras épocas. No obstante lo curioso es que aunque las cosas cambien somos la consecuencia de aquellos y este tipo de ?información privada? sólo provoca que cometamos errores con los juguetes sexuales.
Al tratarse de juguetes sexuales es importante que la información nunca sea escasa y que tengamos en cuenta las mejores formas de utilizarlos y también de desinfectarlos para evitar las enfermedades, las lesiones e incluso el daño que nos puede causar el producto que adquirimos. Para ello, deberíamos desligarnos del concepto de sexualidad que tenían nuestros abuelos, y algunos de nuestros padres y empezar a vivir y disfrutar más libremente del placer con el que fuimos dotados.
Si tu idea es realizar una revolución sexual en la cama, no hay problemas a que apuestes a los consoladores y estimuladores, siempre y cuando no olvides que hay errores graves que no deben cometerse.
El uso de juguetes sexuales sin algún tipo de protección es uno de los errores más frecuentes que cometen la mayoría de las personas. Claro que al tratarse de un material que no sea de naturaleza humana, el producto jamás podría llegar a fecundar a una mujer y por tanto nunca se produciría un embarazo, pero puede suceder que en un juego en conjunto con el mismo juguete sexual se puede llegar a contagiar de enfermedades de transmisión sexual. Hay que ganarle siempre a la pasión y a la comodidad y ser un poco más precavido a la hora de confiar en ellos.
Otro tipo de error que suele suceder en cuanto a infecciones y contagios es que muchos utilizan los juguetes sexuales que han tenido con sus parejas con sus nuevos compañeros. No es para nada recomendable utilizar un juguete sexual entre tres personas, a menos que realices toda la higienización que un juguete sexual requiere. La combinación de fluidos contagia el virus del papiloma humano.
Sucede también, que la limpieza que se hace a los juguetes sexuales, es un tanto apresurada, precaria y mal realizada. Por lo general se piensa que los desinfectantes como los lavavajillas, los limpia muebles, detergentes, incluso los paños higiénicos son aptos para limpiar los juguetes sexuales y matar todas las baterías que quedan en él, lo cual es un grave error no recurrir a un higienizante adecuado una vez que terminamos de hacer uso de él. Ellos pueden conseguirse en cualquier tienda de sexshop e incluso en algunas farmacias y están exclusivamente creados para ese tipo de juguetes sexuales.
Un caso aparte merece aquellos que por no saber usar un juguete sexual se aventuran a probarlo sin haber leído previamente sus instrucciones. Lo ideal siempre es preguntar si no se tiene mucha de cómo usarlo o si es la primera vez que se compra un juguete sexual de ese estilo ya que de lo contrario una mala utilización podría llegar a causarnos daño en nuestro cuerpo. No es conveniente hacer uso de un juguete sexual destinado para una zona del cuerpo en otro orificio diferente, para eso existe la variedad y las funciones que cumple cada uno.