¿Cuántas veces hemos escuchado hablar de mujeres frígidas? Seguramente sean muchas. Se les llama así a aquellas mujeres que tienen diversas dificultades para alcanzar el orgasmo y poder excitarse exitosamente. Sin embargo muchas historias, mitos y afirmaciones circulan por el boca a boca hoy en día llegando a establecer teorías sobre ellas que a veces son completamente erróneas, dejando de lado lo que realmente le sucede a una persona que tiene trastornos y desordenes sexuales.
Para hacer la diferencia, y evitar no solamente hablar mal de una persona sin tener suficiente información del tema sino también ahorrar un mal momento en quienes podríamos dañar, recordemos que es verdadero y que falso en la frigidez femenina.
- Existe una gran cantidad de mujeres frígidas: verdadero.
Son muchas más de las que podemos imaginar. Si tenemos en cuenta el total de la población mundial, aproximadamente un 12% de ellas son las que padecen trastornos sexuales. Tomado de esta forma podemos establecer que se debe a un problema cultural, de mal aprendizaje y de poca promoción de educación sexual.
- La frigidez se debe a una falta de excitación: verdadero.
Aunque aquí el problema no es solamente de las chicas, sino también de la pareja. Todavía queda dando vueltas en muchos hogares la tendencia al hombre dominante en la cama, que quiere hacerlo todo ya, sin escuchar lo que la mujer realmente está deseando. La falta de excitación se debe a querer acelerar los tiempos, a consumar y a no dar espacio al juego pasional.
- Es solo una cuestión femenina: falso.
Así como hay mujeres también hay muchos casos de hombres con trastornos sexuales. La falta de deseo no solamente toca con su varita a las chicas, hay hombres que simplemente el sexo no les apetece. El estrés, la depresión, el cansancio y la rutina son factores que pueden provocarlos, así como también la falta de estimulación por parte de su pareja.
- Son mujeres frígidas aquellas que no pueden excitarse: falso.
Aunque es un aspecto muy importante, la frigidez puede deberse también a otros trastornos como la anemia, las intoxicaciones, covalencia, trastornos hormonales, depresión, estimulación sexual inadecuada, problemas de pareja, etc. Además si nos encontramos con el caso de una mujer que tiene problemas para llegar al orgasmo o de lubricación es muy probable que no le sea un momento muy apetecible el hecho de ir a la cama.